Vitalik Buterin cuestiona World: ¿es posible una identidad digital sin sacrificar el seudonimato?
El ojo de la tormenta: ¿por qué Buterin levanta la ceja?
La propuesta de World —antes Worldcoin— suena seductora: escanear tu iris con un Orb y generar una “World ID” única para demostrar que eres humano y no un bot. La empresa de Sam Altman ya suma más de 26 millones de registros y planea desplegar 7 500 Orbs solo en EE. UU. este año.
Sin embargo, Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, ve varias luces rojas. En su blog identifica riesgos de privacidad, centralización y seguridad, incluso si se usan pruebas de conocimiento cero (ZK) para ocultar los datos biométricos
Riesgo #1: un “DNI global” rompe el seudonimato
Buterin teme que un esquema “una persona, una cuenta” elimine la posibilidad de usar seudónimos. En la práctica, tener varias identidades es una capa básica de protección: te permite expresarte, trabajar o incluso militar sin quedar expuesto a represalias. Con un identificador biométrico único, cualquier gobierno podría obligarte a revelar tus actividades online de un solo vistazo. El precedente de EE. UU. pidiendo cuentas de redes sociales a solicitantes de visa refuerza el punto.
Riesgo #2: hardware y centralización
World delega la verificación a dispositivos físicos (Orbs) fabricados por proveedores externos. Si incluso uno viene con malware o backdoors, podría crear identidades falsas ilimitadas. La integridad del software no basta: hay que auditar el hardware y garantizar procesos de manufactura abiertos, algo que hoy no ocurre del todo
Riesgo #3: filtración o correlación de datos biométricos
Aunque World solo almacena un hash de tu iris, basta con volver a escanarte para confirmar si ya estás en la base. En teoría, el iris también revela rasgos médicos o demográficos. Si se combina con tu actividad en redes o transacciones on‑chain, el anonimato podría desvanecerse.
Riesgo #4: accesibilidad y sesgo geográfico
Para obtener una World ID debes encontrar un Orb. Por ahora están en grandes ciudades, lo que deja fuera a zonas rurales o países con menor infraestructura. El desequilibrio recuerda a la brecha digital: quien vive lejos de un Orb podría quedar sin “ciudadanía” web.
¿Hay salida? La “identidad pluralista” de Buterin
El ingeniero propone un modelo donde varias autoridades emitan credenciales solapadas: gobiernos, redes sociales, DAOs comunitarias o incluso pruebas de reputación in‑game. Así, tu “pasaporte digital” sería un mosaico de sellos, y no un carnet universal. Este enfoque puede ser:
Explícito: otros usuarios verificados dan fe de ti (similar al web‑of‑trust).
Implícito: se mezclan pruebas diversas —teléfonos, redes, historiales de pago— para asignar probabilidad de humanidad.
Con ello, un atacante necesitaría corromper múltiples capas, no un único sistema.
Convergencia a futuro: gráficos sociales + ZK
Buterin vislumbra la fusión entre pruebas biométricas, gráficos de relaciones sociales y credenciales verificables (VCs) bajo estándares W3C. El reto es orquestar estas piezas con criptografía ZK para que cada servicio solo lea lo justo: un exchange comprueba que eres mayor de edad; un foro, que eres humano; un gobierno, que resides en su jurisdicción. Nada más.
Conclusión:
Las start‑ups de identidad compiten por resolver un dilema urgente: separar humanos de algoritmos sin vigilar a la humanidad entera. World avanza con músculo financiero y un hardware llamativo; Buterin le recuerda que la privacidad no es negociable. Si ambas visiones convergen —biometría opcional, ZK por defecto y redes sociales como capa reputacional— podríamos tener la “prueba de persona” sin sacrificar el derecho al seudonimato.
Dato para llevar: El camino hacia una identidad digital universal quizá no sea lineal, sino una constelación de credenciales interoperables donde el usuario elige qué, cuándo y con quién comparte.
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